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miércoles, 5 de noviembre de 2014

No te salgas de las anchoas en Santoña



Cuando alguien te dice que ha estado en Santoña, una cosa te viene a la mente, anchoas. Pues sí, eso es lo que todos buscamos cuando vamos a Santoña. Pero no hay nada más?

 Paseo de Santoña @ Santoña, Cantabria.
 
Nuestra visita empieza en el Paseo de Santoña, donde con un tiempo medio de tormenta y a 8 grados, nos cruzamos con un caballero en bañador que acaba de salir del mar quejándose de que le duele un poco la garganta.
Nos dirigimos recomendados por un compañero, a la Taberna Casa Alberto en C/ Santander nº8, donde nos comenta que se comen las mejores anchoas de Santoña, un lugar como nos gusta, solera mires donde mires. Esas estanterías repletas de botellas que hace años nadie toca.

 
Taberna Casa Alberto @ C/ Santander nº8, Santoña, Cantabria.

Con banderines de equipos de fútbol pinchados con chinchetas. Y con el camarero, que se supone que es Alberto, que debe haber pasado media vida detrás de esa barra.

 Taberna Casa Alberto @ C/ Santander nº8, Santoña, Cantabria.
 
Nos pedimos un vino tinto crianza, un queso curado de los que te secan la lengua con sólo apoyarlos en ella y unas anchoas de la zona, qué maravilla de sabores y combinación. El vino, con una acidez, estructura y taninos suaves, tal y como debe de ser.

Taberna Casa Alberto @ C/ Santander nº8, Santoña, Cantabria.

El queso, inmejorable para acompañar a ese vino. Un queso de vaca curado distinto y único. Y como no, las anchoas. Unas anchoas, que aunque venían en lata, como estaban. Sobadas a mano, tiernas, con carne, su punto de sal, sin espinas y con el aceite adecuado para que no pierdan sus propiedades ni su sabor.

 Taberna Casa Alberto @ C/ Santander nº8, Santoña, Cantabria.
 
La verdad que la visita a Casa Alberto fue lo mejor de Santoña, ya que nuestra segunda visita a otro establecimiento, no nos sorprendió ni enamoró para volver. El vino fue correcto, pero la comida no se salía de la comodidad de una selección que puedas encontrar en cualquier restaurante común de España. Sorprendido por esta situación, me di una vuelta por las calles cercanas, y la verdad que todos los restaurantes que encontré, eran iguales. Sin arriesgar, ni mostrar un interés para que los que no conocíamos la zona, quisiéramos volver para probar otros platos que se nos pasaran en ese momento.
Eso sí, nos vamos con muy buen sabor de boca gracias a nuestra primera elección, y si alguna vez volviéramos, la Taberna Casa Alberto sería nuestra primera y última parada.
( 4 personas €15 aprox )

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