Hablemos de un restaurante Tailandés con solera, en el
epicentro de Soho. Un restaurante que lleva 22 años mostrando la gastronomía de
su país, a todos los que se dejen caer en una de sus mesas. Hablamos del Thai
Cottage Restaurant, situado en 34 D´Arblay Street. Un pequeño lugar, regentado
por una mujer carismática y su familia. La decoración es propia de los años 80,
y si os digo la verdad, creo que realmente es la misma que cuando empezaron. Esto
le añade al lugar un encanto extra. No tiene muchas mesas, por lo que casi
siempre está lleno. Y no solo de turistas que pasean por el barrio, si no por
gente local que por lo que se escucha cuando hablan con la dueña, llevan años viniendo
a disfrutar de sus platos.
Thai Cottage @ 34 D´Arblay Street, Soho, London.
Me encanta la comida tailandesa, y llevo años probándola. Por
eso cuando pase por delante de este maravilloso restaurante, no pude evitar de
entrar.
Evidentemente mi primera acción al coger la carta, fue
buscar si tenían uno de los platos mas conocidos, el Pad Thai con gambas £10.50.
Un plato elaborado con fideos de arroz, pimiento, tamarindo, salsa de pescado, cacahuetes
picados, gambones y brotes de soja… y si te atreves, chilies picados. Para acompañarlo,
me pedí un Chicken Satay £4.90, brochetas de pollo con salsa de cacahuete. Y a
mas, un bol de Coconut Rice £4.50, simplemente porque me encanta su sabor.
Mientras esperaba la comida, con mi vino tinto en una copa
enana, aprecie de arriba abajo el lugar. La verdad, que solo viendo los pocos cuadros,
cantidad de calendarios y alguna otra cosa colgada, se me paso volando el
tiempo de espera.
La presentación de los platos no es la mejor que digamos,
pero el aroma que desprenden sus ingredientes, son un aviso de la calidad que
te vas a comer.
Las brochetas de pollo, tiernas y bien marinadas, compaginan
perfectamente con la salsa de cacahuete.
El arroz, pegajoso y con un sabor a
coco no muy empalagoso, esta cocinado al punto adecuado. Y como no, el Pad Thai…
extraordinario. La combinación perfecta de sabores, te demuestra el cariño que
llevan poniendo en sus platos estos 22 años. Los fideos cocinados
correctamente, y la cantidad de salsa adecuada para no aborrecer su sabor.
De postre me apetecieron unos Lychee £4.50. Una fruta
parecida a la uva, que normalmente te la sirven sacada de un bote en almíbar. En
este caso, eran frescos y más grandes de lo que estoy acostumbrado a ver. Servidos
en un bol con agua y hielo.
Mi madre disfrutando del postre, Lychee.
Una visita estupenda, y no ha sido la última… ya soy amigo
de la dueña.
Vamos, que si no lo visitáis cuando os paséis por Londres,
os perdéis una buena experiencia.
( £22.00 aprox. )
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